“En Dolores se inicia la Independencia y en Córdoba se consuma, una abre y la otra cierra, una alienta y la otra ejecuta, una enciende la antorcha y la otra funde las cadenas de opresión, una principia con ideales y la otra los hace realidad, una empieza con una campana y la otra termina con una bala y una firma; una lucha y la otra consuma, son pues el alfa y la omega de nuestra Independencia”
Tratados de Córdoba. |
Los Tratados de Córdoba son un documento en los que se reconoce la independencia de la Nueva España, parte de lo que ahora es México, firmado en la ciudad de Córdoba, Veracruz el 24 de agosto de 1821, por Juan de O'Donojú y Agustín de Iturbide. El texto está compuesto por diecisiete artículos que representan una extensión al Plan de Iguala.
En dicho Tratado se reconoce a la Nueva España como un Imperio independiente, el cual se reconocía como "Monárquico, constitucional y moderado". En primer término la corona se le ofrecía a Fernando VII, rey de España y no presentándose en México en el término que las cortes señalaran para prestar juramento, sería llamados en su caso sus hermanos, los infantes Carlos María Isidro de Borbón, Francisco de Paula de Borbón, o su primo el Archiduque Carlos de Austria-Teschen, —este último hijo de María Luisa de Borbón y nieto de Carlos III de España— u otro individuo de casa reinante que determinara el congreso; en caso de que ninguno de éstos aceptase la corona del Imperio, las cortes imperiales designarían al nuevo Rey, sin especificar si debía pertenecer a alguna casa reinante europea o si podía nombrarse a cualquier mexicano.
Esta última frase no había sido contemplada en el Plan de Iguala, fue convenientemente adicionada por Iturbide para dejar abierta la oportunidad de adjudicarse el trono. Por otra parte, Juan O'Donojú en su carácter de capitán general y jefe superior no estaba facultado para firmar el documento, pero interesado en preservar el trono para los príncipes españoles accedió a firmarlo, probablemente sin percatarse de esta posiblidad.
Este documento es el primero en el que una autoridad española y una mexicana firman aceptando la libertad del que entonces sería el Primer Imperio Mexicano; por lo tanto y aunque no es reconocido como tal, gracias a este tratado se cumplieron los ideales de la gesta que inició en Dolores Hidalgo el 16 de Septiembre de 1810.